Intercambios

Florencia Chiapero

10/04/2009
El 1 de febrero de 2009 llegué a la estación de trenes de Torino con Hernán, donde nos esperaban las familias que nos iban a hospedar. Al día siguiente ya fuimos a la escuela por primera vez, a mi me tocó cursar en 5to A, un curso chico, donde todos se llevaban bien, muy simpáticos, enseguida me incluyeron.

Justo tenían programado un viaje de estudio a Torino para el día siguiente así que viajé con ellos. Yo vivía en Carrú, que es un pueblo que se encuentra cerca de Fossano, así que todos los días viajábamos con mi hermano Alberto a la escuela en su auto y volvíamos para almorzar en casa donde nos esperaban con un primer plato de pastas y un segundo plato de carne. Algunas tardes nos quedamos con Pauli para dar vueltas por Fossano, la escuela estaba cerca del centro así que podíamos recorrerlo caminando. Solamente nevó los primeros días de febrero así que durante el resto del mes, aunque hacía frío y la nieve todavía estaba en las calles, pudimos conocer la ciudad.

Mi familia estaba compuesta por Alberto (mi hermano), Simona (mi mamá), Massimo (mi papá) y Zio Dodo y Zia Dani (mis tíos). La verdad tuve mucha suerte porque enseguida nos llevamos bien y ellos estaban tan contentos como yo de que estuviera ahí así que enseguida me adoptaron como una hija.

Cuando les conté que mis antepasados vinieron a Argentina desde Envie, organizaron un viaje para ese primer domingo ir a conocer el pueblo y hasta prepararon una cámara para filmar todo y mostrárselo a mis padres acá en casa. Desde ese día todos los domingos organizábamos alguna excursión para que yo conozca otros lugares fuera de la zona: el segundo domingo fuimos a Noli, en Liguria; el tercero fuimos a Montecarlo con Pauli y Hernán también; y el cuarto domingo me llevaron a Le Langhe para que pruebe comer caracoles, un plato típico de ahí. Los fines de semana mi hermano siempre me llevaba a algún lado, íbamos a comer pizza con sus amigos, a un bar, me enseñaron a jugar al bowling?

Como ven no hay nada más que pueda pedir, recorrí lugares, conocí muchísima gente que me trató muy bien, aprendí un montón de cosas. Es una experiencia que no tiene precio, cuando uno vive entre personas de otro lugar, de otra cultura, aprende mucho más que si lo ve desde afuera. Cuando estás allá todo es nuevo y un mes te parece muy poco tiempo, cuando llega el día no te querés volver, encontraste tantas cosas que te cuesta dejarlas sabiendo que te vas tan lejos. Dejé una familia y amigos allá, pero me traje los mejores recuerdos, me traje abrazos, me traje risas?

Cuando me ofrecieron escribir algo no sabía bien que contarles, así que conté la historia de mi viaje esperando que así otros alumnos se entusiasmen y viajen también. Estoy segura que no se van a arrepentir y van a encontrar muchas más cosas que yo, ¡es una oportunidad que no pueden dejar pasar!
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Municipalidad de Rafaela
 
Ciudad de Fossano