Intercambios
Gonzalo Gutierrez
23/04/2011
Si tengo que contar todas las experiencias y anécdotas del intercambio, no termino más, así que voy a contar las más significativas.
Lo primero que siempre me acuerdo, es el primer día que llegamos, cuando baje del avión. Se me paso por la cabeza que no sabía cómo saludar a mi nueva familia, si con un abrazo, un beso o un simple estrechón de manos; me moría por saber cómo tenía que saludar.
También me preocupe al no saber qué es lo primero que les iba a contar, o como decirlo. En ese momento no te salen las palabras, son puros nervios. El momento llegó, los salude con un abrazo y un beso, ambas, por si las dudas. En el camino a la nueva casa, no sabía que decir, solo contestaba lo que ellos me preguntaban. Al día siguiente ya se me pasó, era como un familiar más.
Otra anécdota, fue cuando fuimos a comer pizza por primera vez. Pretendían que me comiese una pizza individual, SOLO; se me hacía imposible terminarla, pero al final del viaje, la última vez que comí pizza italiana, me comí una y media. Ya la comía sin problema.
Un día cualquiera, con los mis compañeros de viajes, sus respectivos hermanos y mi hermano, decidimos ir a jugar guerra de láser, a un pueblo cerca de Fossano. Lo que sucedió es que no sabíamos cómo llegar, así que agarramos la ruta, tipo 9 de la noche. Íbamos en 2 autos diferentes. En una parte nos encontramos con una rotonda que se dividía en cuatro, al no saber hacia dónde ir, empezamos a probar camino por camino. Terminamos perdiéndonos. Lo más gracioso fue que el primer camino era el correcto, llegamos a las 11 al pueblo.
Por último, les cuento nuestro peor susto, perdimos a nuestra compañera de viaje, en medio del carnaval de Venecia. En Piazza San Marco, justamente ese día se celebraba el carnaval y la fiesta de la mujer. Imagínense la cantidad de gente que había ese día en la plaza. Así que con mi compañero de viaje, comenzamos a buscarla, por suerte sólo tardamos unos minutos en encontrarla.
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